Relación fúnebre infausto suceso, temprana muerte de la serenísima emperatriz María, infanta de España, clarísima esposa del cesáreo y siempre augusto emperador Ferdinando Tercero, rey de Bohemia y Hungría.
Place: España
Year: Not specified
Event: Político, Political matter
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RELACION FVNEBRE INFAVSTO SVCESSO, TEMPRANA muerte de la Serenissima Emperatriz Maria, Infanta de España, Clarissima Esposa del Cesareo, y siemspre Augufto Emperador Ferdinando Tercero, Rey de Boemia,y Vngria.
Con licencia:En Madrid,por Diego Diaz dela Carrera, Año 1646.
LA Sagrada Pluma de aquel gran Doctorde la Iglesia Geronimo,en la vida de S. Hilarion, dize: Que mucha parte de la fama , en los Claros Varones , pende del ingenio del que los aclama; caso en que humildes hombres han tenido dicha; y Reyes infignes, desgracia. Por tal juzgo à nueftra Augusta Emperatriz; pues mi corto estilo intenta impossibles , relatar algo de lo mucho que ay en tan profundo, y espacioso mar de esclarecidas Virtudes; adonde las más eleuadas plumas, peregrinas eloquencias , y elegantes Cisnes de Europa no hallaràn palabras con que explicarlas, ni exageraciones con que dezirlas , quedando corto el mayor encarecimiento.
Gozaua el Sacro Imperio de Alemania de vna Emperatriz, que ninguna prenda releuante pudo imaginar el deseo, que en su inclita pcrfona no se hallaffe con perfeccion grandes pues glorioasamente se emulauan el animo varonil,la prudencia superior, la modestia singular; y sobre todo resplandecia vna afabilidad robadora de coraçones : Quảndo en la Ciudad de Lintz, Sabado 12. de Mayo, se sintió con yn corrimiento a los ojos, y vn veemente dolor en los ombros, porque se quedó en la cama; auiendo dos dias antes sentido algunas penofas vafcas’, que tuuieron los Doctores por efectos de auer entrado en el fexto termino de su achaque. La misma noche à las 8 estando para cenar; con grá folenidad, y regocijo, le diò repentinamēte vn vaido, que le quitò totalmente la vista de los ojos,ò por mejor dezir, refulgentes antorchas, que brillando con exceffo, alumbrauä a toda la Germania:Y assi vniformes los coraçones de sus afectos habitantes, implorauan al cielo cumplida salud para su Emperatriz , en quié tenian librado sus mayores aciertos. Fuesse en breue declarando en ramo de apoplexia; y alferecia. Boluiò en fi dentro de media hora,aunque con algun descaecimiento. Empecaron los Medicos à quererla socorrer con los remedios que promptamente le pudieron aplicar; pero fueronsele repitiendo los parafismos, aumentandose en cada vno el rigor dellos; y à effe passo le iban cõtinuando los medicamentos. Al segundo pareciò darle el Viatico, que recibiò con inexplicables demonstraciones de deuocion, conformidad con la voluntad de su Criador; y ternissimas lagrimas ayudando copiofos raudales de los que la assistian. Al quintô desmayo, se fue desconfiando de su salud, aplicandole los medicos quațro onças de manà purgatiuo: Pero acudiendole otro accidente mas fuerte que los primeros , fe le diò la Extrema Vncíon;y despues de recibirla, hizo( en quanto se lo permitieron los poftreros alientos)lo que de su gran tałento,y religiosa piedad se esperaua. Rindiò al fin, en la mas florida edad, su candido espiritu en manos de la atreuida muerte Domingo 13. de Mayo a las cinco horas de la mañana con nueue de purgatorio, q tal pareciò, lo que en tan breue tiempo le apretò el terrible mal, que en el comun concepto de todos, aun esas no merecia; juzgandose le dauan por mayor merito con que fe enriqueciesse la Corona, que dignamente esperaua,en premio de la que con tanta humildad, tuuo mas en sus pies, que en su cabeça; siendo de quarenta años,menos tres meses, y cinco dias.
Depofitaron con funerales pompas, y magestuoso aparato fu Cesareo Cadauer en el Conuento de los Capuchinos de Lintz; para trasladarle à los de la Ciudad de Viena; dexando à su Patria España tan llena,con su muerte de lagrimas, como auia su vida dado de esperanças: Pues luego que supo esta Corte tan infaufta nưeua,Martes, Miercoles, y jueues 25.26. y 27. de lunio, demonstraron sus campanas, rompiendo mas los coraçones, que el ayre sus lastimosos accentos, el general sentimiento de todos, no quedando Templo, Conuento;ý Basilica , que no celebrasse sus honras,conla grandeça que fue possible en la ocasion.
Ea Españoles,enjuguense las lagrimas,cessen los folloços, no renouemos el llanto;que si le derrama con ternura el sentimiento sobre la piedad de la que seausentò, se la bebe con gozo el decoro à vista de las amadas Prendas’, perfectas copias , y viuos retratos que nos dexò del Serenissimo Principe de Boemia FERDINAMDO, y la Serenissima Archiduquesa Mariana; que Dios dichosos años guarde,para que goze el Orbe las felicidades, que las primicias de su edad prometen.
Aeste, pues, general sentimiento , la lealtad de un afecto Español hizo esta Silua.
SEa la lengua solo el sentimiento,
Tenga lugar aora solo el llanto,
Resuene todo funebre lamento,
Llegue à los coraçoncs el quebranto.
Con Retorica muda , en dolor tanto,
Solo la pena explique,
Solo el ahogo general publique,
Que falleciò la Luz del mejor dia:
Murió la Emperatriz , murió MARIA,
Quedando solo uiua en la memoria,
Blason de España, del Imperio gloria.
Y vosotras, o Aguilas Augustas,
Alos rayos del Sol examinadas,
En tristezas tan graues, como juftas,
Gemid en Tortolillas transformadas.
Aguilas, que en el buelo dilatadas,
Iuzgais el mundo estrecho,
Llorad aqui,llorad, rompeos el pecho;
Que es poco eftar en lagrimas resuelto,
Viendo el laço disuelto (na,
Del cucrpo, y alma, en cuya grã perfo.
Fue Imperial, por mil causas,la Corona.
Y vos inclito Cesar FERDINANDO
A quien la pena tan de cerca toca,
Que muricudo ,viuis acreditando
Vueftro valor de inexpunable roca.
Aunque es tāta la causa q os prouoca;
Mirad, q importa vuestra Heroica vida:
Y assi; quando la pena es mas crecida,
El Animo Cesareo es importante:
Mirad, Señor, que fois de la Fé Atlāte:
Aqui,pues, de lo inuicto, y lo robusto:
Aqui,de lo Magnanimo, y lo Augusto
Siruan os,Sacro Cerar, de consuelo,
Quādo mares de llāto el nädo se haze,
Dos Prēdas que os dexò fuyas el cielo,
En quien difunta Mageftad renace.
Y no se diga que Cadauer yaże,
La que entre Luzes bellas,
Sobre alfombras de fulgidas Estrellas,
Logrò, à Celeste Patria conducida,
Por instantanea muerte , eterna vida.
Leon famoso, Mageftad Hispana;
Puesto que en medio de tu grā brabeça
Te sirue esta tristeza de quartana;
Siendo tan de justicia esta tristeza.
No puede un rey rendirse a la flaqueza.
De la parte de humano;
Que siempre ha de triunfar lo soberano:
Y en medio de tan graves aflicciones,
Se lucen más los regios corazones,
Que el rey que lo es en hechos, como
en nombre,
Pasa a casi deuda si excede de hombre.
Tu, inclita emperatriz, que ya gozosa,
Renunciaste cuanto era polvo y viento,
Hasta en la majestad más poderosa,
Y en Solio de diamantes ves tu asiento
Atiende a nuestro justo sentimiento:
Si paz por ti se prometió la tierra;
Mejor serás allá fin de la guerra.
Se pues ángel de paz, cuando en pre
sencia,
Gozando estas de la suprema esencia.
Los pésames a oír en todos vienes,
Son para ti gloriosos parabienes.
Pluma, queda sucinta,
O lágrimas aplica en vez de tinta,
Que en tan graves pasiones,
Aún son papel los mismos corazones.
No pintes más las pompas funerales;
Pues quedan sus virtudes inmortales:
Porque pues tanto bien se llevó en el cielo,
Sucesivo a la pena está el consuelo, (to
Pues más deja uno y otro hermoso fru
Con que despeja el llanto y quita el luto.
Aprobó esta obra, por el consejo real de Castilla, el reverendísimo padre fray Juan Ponce de León, del orden de los Mínimos, predicador de su majestad y calificador de la general inquisición.
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